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¿Por qué dejamos de hacer lo bueno?

Ing. José Marvin Monge |
¿Por qué dejamos de hacer lo bueno?

Porque los seres humanos olvidamos constantemente los detalles y las cosas simples que pueden ayudarnos a prolongar la vida.

Las duchas de agua fría.

Mirar el amanecer o el atardecer.

Recibir el sol de la mañana.

Mantener los ritmos circadianos en orden.

Caminar descalzo sobre la hierba, pasear por la naturaleza.

Respirar oxígeno de altura.

Eliminar la comida chatarra y procesados.

Hacer ayunos intermitentes y de dopamina.

Estimular la glándula pineal.

Evitar las pantallas azules durante la noche.

Practicar la autofagia y la reducción del envejecimiento.

Liberar la  serotonina.

Crear rutinas de hábitos saludables. 

El secreto siempre ha estado en lo sencillo. En tomar agua pura, comer aguacate, caldo de pollo, lentejas, sopa negra, guineos, grasas de omega 3,  huevos de gallinas de patio con carotenoide y lecitina, verduras, olla de carne, papa, cacao, la manzana, frutas para el estrés, antioxidantes y muchos más. Se imagina una bebida de remolacha, zanahoria y piña. (una bomba natural). Sin olvidar los ajos, cúrcuma, limón, espirulina, kale, jengibre, romero, aromaterapia con zepol y eucalipto, avena, savilla, Kiwi, guayaba, guanábana, equinácea, moringa, aceite de coco, canela, vinagre de manzana, Kombucha, almendras y llantén.

El futuro siempre ha sido verde y natural. Si sabes eso, la pregunta es: ¿por qué dejaste de hacerlo? 

Última actualización: 17/03/2023